martes, 27 de enero de 2009

Las llamas del dolor

Por el 1928 las mujeres Vivian en una burbuja de hipocresías e ignorantes herencias maternas. Condenadas a llevar una vida rutinaria, de labores hogareños, obligadas a resguardar sus verdades en sabanas de mentiras y polleras manchadas por lujuria. Para ese entonces josefina tenía 16 años de edad, enamorada perdida y ciegamente de su vecino, Eduardo de 23 años, en ese entonces soldado.
Al pasar un año de pasión y aventuras a escondías queda embarazada. Eduardo es encomendado a la guerra dejándola en el abandono y la encomienda de comentar la noticia. Procediendo de una familia de la oligarquía y muy conservadora se niegan rotundamente a ese regaño y es enviada a un claustro con la aceptación inclusive de los padres de Eduardo, mientras seguía sin noticias de el.
Durante su estancia es obligada a cocinar para el batallón de monjas y a realizar el aseo del lugar, a cambio del hospedaje y las 2 comidas correspondidas por día. Al pasar los meses su vientre aumenta y eso dificulta su actividad y su desesperación para huir de ahí ya que sabía, que se lo iban a sacar de sus brazos en cuanto naciera.
Así transcurre los 8 meses de encierro. Hasta que una tarde mientras hacia sus labores, comienza con dolores en su vientre, su bebe estaba por nacer, después de horas de luchar, al fin pudo darle a luz a su hija a quien había decidido llamar Victoria; pero sabia que su alegría duraría hasta la mañana próxima cuando pondrían a su primogénita en adopción. Decidida no lo dudo, su instinto maternal y su amor eran mas fuerte que las órdenes de sus padres, con las pocas fuerzas le quedaban tomo a su hija y escapo pasando días de sequía. Al mirar la cara de la recién nacida se olvidaba de la pena, y pensaba en un futuro que nunca llegaría, aunque ingenua sentía lo contrario.
Cuando la beba cumplió su primer mes de vida, intento ubicar a Eduardo, luego de varios fallidos al periodo de un año lo encontró. Ahí estaba el, con su uniforme llenos de medallas por valentía nefasta. Ya que había abandonado a una niña de 17 años que se convirtió bruscamente en mujer, el hecho un completo hombre del deber, ahora vivía muy cerca de la casa de sus padres con su reciente esposa
Al tener la desilusión en las pupilas de sus ojos, sus padres aprovecharon la vulnerabilidad de la niña para llevar el tan deseado plan por ellos desde el principio.
Obligaron que entregase a la niña al padre. Este indiferente se la tomo, sin dirigirle mínima palabra. Josefina no lo pudo aguantar, la tristeza, la soledad y la injusticia de no poseer lo que más le importaba en su vida y se le empezó a notar en su cuerpo de apenas 18 años. Luego de obligadas citas a profesionales, diagnosticaron un fuerte shock emocional, sin saber lo sucedido realmente.
Las primaveras se convirtieron en veranos, y los otoños en inviernos. Aturdida de tanto dolor y desconsuelo decidió que no podía vivir mas, tratando de pensar en un futuro, cuando tenia un pasado que la condenaba. Dejándole una carta a su nena de dos años, que nunca llegaría a destino, tomo la decisión que por única vez en la vida nadie aconsejo o le ordeno lo contrario se paso gasolina por todo el cuerpo, y antes de suicidarse susurró : " que tenga la familia que no le pude dar" y se prendió fuego.
Su famila corrió el rumor, de que se había ido al extranjero por oportunidades laborales, mientras Eduardo sin ningún cargo de conciencia tras arruinar la vida de una inocente chica haciéndole pasar tanto dolor y angustia a tan temprana edad siguió con su vida, rompiendo la carta años mas tarde, sin decirle la verdad a su hija victoria.






Andrés Marzano –Melisa López.